2.3. Estilos de gestión de los equipos de trabajo.
Las organizaciones, son entidades sociales creadas
deliberadamente para alcanzar una misión específica; razón por la cual teóricamente se
puede suponer que todos los miembros persiguen los mismos objetivos, bajo una
mística común. Sin embargo, en la práctica, sabemos que esta suposición se
aleja en mucho de la realidad.
Las diferencias individuales entre los miembros de
una organización pueden facilitar o entorpecer el logro de la misión, por lo
cual surge la necesidad de conocer los diversos estilos de trabajo existentes,
las preferencias y motivaciones relativas al trabajo y las técnicas más
eficaces para sacar provecho de las características más relevantes de cada
individuo. El empleo de las técnicas adecuadas, permite propiciar la
comunicación, la cooperación y la cohesión entre los miembros.
En las empresas y organizaciones de cualquier tipo,
una de las principales responsabilidades de cualquier Director, Gerente, Jefe
de departamento o Supervisor es conformar equipos de trabajo y fomentar el
trabajo en equipo, ya que en estos tiempos de cambios vertiginosos y la
excesiva cantidad de información que recibimos, es indispensable poder combinar
nuestras capacidades para poder alcanzar una mayor competitividad y
productividad.
A la hora de dirigir un grupo de personas en una
empresa u organización, es importante identificar el estilo de dirección que se
va a aplicar, en función del tipo de trabajo y de la capacidad de los
colaboradores.
Dicho estilo de dirección contribuirá en gran
medida a la consecución de los objetivos y al clima laboral de la empresa.
Podemos diferenciar los siguientes estilos de
dirección:
1. Estilo Autocrático:

El jefe impone las normas y sus criterios, sin
consultar con sus subordinados. Es el jefe quien diseña, planifica y asigna el
trabajo. El grado de autoridad es muy elevado y suele generar ambientes de
trabajo tensos.
2. Estilo Paternalista:
Establece una actitud protectora con los
subordinados, interesándose por sus problemas. No obstante, es el jefe el que
toma las decisiones y ejerce la máxima autoridad.
3. Estilo Laissez faire:
El jefe no interviene en las decisiones, no motiva,
no da instrucciones de trabajo, deja libertad de actuación a los empleados, los
cuales realizan libremente su trabajo, tomando sus propias decisiones. Este
tipo de dirección conduce a un desconcierto generalizado, al no estar definidas
las pautas de trabajo.
4. Estilo Democrático:
El directivo mantiene un equilibrio entre autoridad
(dando orientaciones y marcando pautas) y la libertad de los empleados, que
participan en la toma de decisiones. Contribuye a crear un clima agradable de
trabajo, aunque no siempre es eficiente.
5. Estilo Burocrático:
La organización establece una estructura
jerárquica, con normas, pautas de actuación rígidas, de manera que todo se debe
desarrollar conforme a las mismas.
6. Estilo Institucional:
El directivo se adapta a la situación de trabajo.
Es un buen comunicador, tolerante, con confianza en sus colaboradores que
procura fomentar la participación y sabe recompensar el trabajo realizado.
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